miércoles, 21 de septiembre de 2011


Cada día de nuestra vida es una nueva aventura, será más fácil recorrerla si en algún momento nos animamos a compartir los sueños.

En este camino que transitamos, nos encontramos con  flores y espinas, a las primeras hay que admirarlas, conservarlas aspirando su fragancia. A las otras hay que ignorarlas, tomar solo de ellas la enseñanza que nos dejan, sin dejarnos dominar por el dolor que producen.